Cómo almacenar correctamente la leña (II)

Como ya les contábamos la pasada semana, el almacenamiento de leña para todo el invierno es una tarea compleja que en ocasiones precisa de ayuda profesional. Si es nuevo en el mundo de las chimeneas de leña, lo mejor es ponerse en manos de expertos, consultando cualquier duda o problema que pueda surgir.

En Chimeneas Llofrío queremos ayudar a nuestros clientes en sus primeros fuegos, así que hoy les presentamos la segunda entrega de nuestros consejos para almacenar leña para el invierno.

 

Cómo almacenar correctamente la leña (II)

 

¿Cómo crear la pila de leña perfecta?

Para apilar la leña debemos tener en cuenta una serie de factores que evitarán problemas futuros. El primer consejo es apilar la madera sobre una superficie o terreno seco y llano. Una superficie de hormigón o adoquinada no es la ideal, pues podrían resbalar. Colocar algún tipo de tela o malla para mejorar el agarre. Es importante no apilar la leña directamente sobre la tierra, pues al cabo de poco tiempo nos encontraríamos con posibles plagas en y bajo los troncos.

Lo ideal es apilarlos horizontalmente en filas no demasiado amplias, hasta dos metros y no demasiado elevadas. Los expertos aseguran que un máximo de 1, 20 m sería lo ideal. Las razones de esta altura máxima son varias: una altura baja implica poco peso, por lo que en caso de que la pila caiga, no podría dañarnos. Y lo que es más importante, tampoco dañaría a niños o mascotas que podrían jugar cerca sin peligro. Además, una pila más elevada aumenta la inestabilidad y por lo tanto el riesgo de caer.

En caso de colocar la pila de madera cerca de una pared, un buen consejo es dejar un espacio entre la pila y la misma, de manera que el aire pueda circular libremente. De este modo, la madera seguirá curándose mientras la tenga almacenada, no se humedecerá y se ahorrará tener que pintar la pared el año próximo.

 

Plagas y humedad

Los principales enemigos de nuestra leña son la humedad y las plagas. Para evitar la humedad es imprescindible una buena ventilación y evitar el contacto de la leña con superficies como el suelo o las paredes. Lo ideal sería colocar nuestra pila en una superficie parecida a un pallet industrial, de manera que el aire circulase por debajo y al mismo tiempo mantuviese un agarre óptimo que evite el derrumbe o la caída de los troncos.

La humedad generará problemas de eficiencia en nuestra leña, empeorando la eficiencia energética por metro cúbico almacenado. Es decir, si nuestra madera se moja o no está curada de forma apropiada, necesitaremos desembolsar mucho más dinero para lograr generar el mismo calor en casa. Así que simples y en apariencia pequeños consejos pueden ser una gran diferencia para nuestro bolsillo al acabar el invierno.

Pero si hay algo potencialmente desagradable, es la aparición de plagas en casa. Almacenar leña y que nuestra casa se convierta de repente en el hábitat perfecto de las termitas u otros insectos puede tornar un invierno perfecto en una verdadera pesadilla. Para evitar este problema podemos rociar un insecticida sobre nuestra pila de troncos cada 15 días. Es importante que si tenemos mascotas o niños en casa tengamos en cuenta esta circunstancia a la hora de adquirir uno que no resulte perjudicial para ellos. Del mismo modo, un fungicida o bolsitas que reduzcan la influencia de la humedad en la leña pueden ayudarnos a mantenerla seca y perfecta para una combustión eficiente.