¿Qué es la creosota?

Entre los diferentes residuos que genera la combustión de leña o carbón existe uno especialmente peligroso, sobre todo si dejamos que se acumule sin control y no sometemos a nuestra chimenea a una puesta a punto anual. Hoy, desde el blog de Chimeneas LLofrío queremos alertar a nuestros clientes y amigos sobre la creosota, así como dar unos consejos para deshacernos de ella.

 

¿Qué es la creosota?

 

La creosota es un residuo tóxico compuesto por numerosos productos químicos y que se obtiene tras la combustión de madera, combustibles fósiles o alquitrán a altas temperaturas. El problema principal con las chimeneas es que la creosota se adhiere en la mampostería del conducto de escape de humos. Si no se retira periódicamente, ésta se acumula, llegando a crear gruesas capas, que pueden incluso desprenderse como escombros. Esto supone una amenaza para su chimenea y también para usted, ya que una salida de humos taponada puede crear un problema en la combustión.

Además, este producto químico es inflamable, por lo que puede generar un incendio si no se elimina de forma segura. Otro problema asociado es la restricción del flujo de aire, impidiendo una correcta combustión y empeorando la eficiencia energética del sistema. Pero sin duda es su toxicidad el factor más importante, que hace que su eliminación anual sea indispensable.

Tipos de Creosota

Existen tres tipos de creosota, dependiendo del grado de combustión al que haya sido sometido el combustible. Una primera forma es muy parecida es hollín, es suave e incluso líquida y puede retirarse con facilidad, pero es peligrosa y cancerígena. Un segundo estadio, la creosota se acumula formando entramados similares a los panales de abejas, quebradizo y altamente inflamable, pudiendo crear incendios de forma rápida. Un tercer estadio, la creosota se endurece y ennegrece formando una pátina de color brillante que únicamente puede retirarse mediante el uso de maquinaria especial.

Es importante ponernos en manos de expertos de la limpieza de nuestra chimenea al menos una vez al año, de manera que evitemos la acumulación de esta peligrosa sustancia. Además, una puesta a punto anual le asegurará un consumo más eficiente de combustible, algo que supone un ahorro para su bolsillo en el medio plazo.

Deshollinadores

También es cierto que un correcto mantenimiento del sistema ampliará la vida útil de su chimenea, así como la seguridad de su familia. Para ello lo mejor es contar con los servicios de un deshollinador.

Los deshollinadores son técnicos certificados que mediante una gran variedad de utensilios y equipo son capaces de limpiar el interior de su chimenea o estufa de leña, ya que si ésta queda obstruida por escombros de creosota, la probabilidad de incendio aumentará exponencialmente con respecto a los sistemas puestos a punto.

Mediante el uso de diferentes varillas metálicas, máscaras especiales, y protectores para que el humo no se filtre dentro de su casa, el deshollinador realiza la peligrosa tarea de eliminar la tóxica creosota. Cuando la chimenea lleva un tiempo en desuso también es necesario contar con estos técnicos para una revisión del sistema. La razón es que diferentes animales como pájaros o murciélagos han podido crear su nido en nuestra chimenea durante el tiempo en el que no se usó.